martes, 7 de mayo de 2024

Namiki (1): Nacimiento de un Mito

 Recientemente me encontraba hablando con un amigo estilófilo al hilo del coleccionismo de plumas y, en un determinado momento, surgió un tema que suele ser habitual entre los aficionados, a saber, si las estilográficas pueden ser objeto de inversión con vistas a un futuro aprovechamiento económico. Creo que ya he tratado esta cuestión en anteriores ocasiones pero, por reducir tan interesante cuestión a una simple dicotomía, la respuesta sería que no. Las plumas, en general, no se revalorizan. Lo hacen algunos modelos por razones no siempre racionales u homologables. A veces es la escasez,  la fama, otras por constituir un objeto histórico, o cualquier otro motivo, por estrambótico que pueda parecer. Como en toda apreciación económica o valor de cambio, en general, el precio final de un a cosa no es un factor objetivo sino que, por el contrario, está sometido a sesgos, prejuicios o tendencias psicológicas no necesariamente racionales (casi me atrevería a decir que , en muchos casos, apenas racionales).

Viene lo anterior a cuenta de que conozco una excepción. Un caso en el que la gran mayoría de los productos de un fabricante han mostrado un índice de revaloración que podríamos denominar constante, es decir, que no solo no han perdido valor respecto a su precio original de compra, sino que lo han incrementado históricamente hasta en varias veces. Este caso es el de Namiki. La mayoría de las plumas de este fabricante, muy concretamente las de gama superior, han experimentado una revalorización creciente hasta el punto de que, por ejemplo, hoy apenas existe mercado secundario y los precios de oferta son, en la mayoría de los casos, francamente desorbitados. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Qué tiene Namiki que no tienen otros? Empecemos por su historia.

Ryosuke Namiki

Ryosuke Namiki se había graduado en la Universidad de Tokyo como marino mercante. Prestando sus servicios como ingeniero jefe a bordo del Ariake Maru, conoció y trabó una fuerte amistad con otro marino. Se trataba de Masao Wada, con quien compartió seis meses a bordo del referido mercante. Ambos estaban entusiasmados con la idea de dar a conocer al mundo los productos y el arte japoneses.

Masao Wada

Namiki dejó la marina mercante en 1906 y comenzó a dar clases en la Universidad de Tokio, donde se había graduado. Allí comenzó a interesarse por los instrumentos de escritura utilizados en la cartografía naval. Las estilográficas ya habían despuntado como gran novedad en el mundo de la escritura y Namiki pronto se concentró en el diseño y producción de plumines de oro, un material que no se utilizaba en las plumillas tradicionales. El principal problema de los plumines para estilográficas era el diseño y la búsqueda de un material idóneo para la punta, ya que  se pretendía que el plumín durase y no hubiese que cambiarlo como ocurría con las plumillas tradicionales de acero.  Namiki comenzó a utilizar lo que denominó Iridosmine, una aleación natural de iridio y osmio proveniente de Hokkaido, caracterizada por una gran dureza y elevada resistencia a la corrosión. 

Uno de los primeros plumines Namiki

 Pese a este hallazgo, las dificultades para mecanizar un plumín de oro viable hicieron que los trabajos de Namiki estuvieran al borde del fracaso hacia 1916. Escribió entonces  a Wada pidiendo ayuda. Wada también había abandonado la marina para dedicarse con mucho éxito a los negocios. Sin pedir más explicaciones, Wada envió a Namiki la entonces enorme cantidad de 5.000 dólares que sirvió para que Ryosuke, apenas tres meses más tarde de recibir el dinero, produjera el primer plumín de oro enteramente japonés. Wada se entusiasmó con el proyecto y fundó con Namiki una compañía mercantil destinada a la fabricación de estilográficas. 

Cartel de la marca

La Namiki Manufacturing Co. Ltd. se fundó el 27 de enero de 1918.  La compañía utilizó la marca Pilot y el logotipo de un salvavidas. Se trataba, obviamente, de sendos homenajes a la profesión de sus fundadores y, al mismo tiempo, a la condición de líderes del sector a la que aspiraban. 

A partir de 1900, para el cuerpo de las plumas estilográficas era normal utilizar el material llamado "ebonita", una combinación de azufre y caucho, . Sin embargo, aunque la ebonita mostraba tolerancia hacia la tinta, tenía el defecto de cambiar de color y perder su brillo con el tiempo, la humedad y la exposición a la luz. A Namiki se le ocurrió que el lacado del material podría evitar estos problemas y, de paso, le daría más lustre y belleza. Para ello, decidió utilizar  urushi, una laca tradicional japonesa  que ya era famosa en todo el mundo, y que se aplicaba a muchos objetos. El proceso de lacado se patentó como Laccanaita, tanto en Japón como en Estados Unidos.

Patente de la laccanaita

Con el objetivo original logrado, Namiki pensó que, si iban a usar el urushi, también podrían usar la técnica de trabajo de laca Maki-e en el plumas estilográficas. Esto constituyó una absoluta novedad porque las estilográficas de lujo en los países occidentales de la época estaban construidas con metales preciosos y  lo habitual era decorar los cuerpos de las plumas con elaboradas técnicas y diseños de labrado en metal. Pero la combinación de fuerza, resistencia y belleza que aportaba el maki-e sobre urushi, una técnica asociada al Japón, iba a convertirse pronto en una auténtica revolución para la industria.


Algunas de las primeras plumas Namiki

En 1926, Namiki ya había contactado con el mejor maestro japonés de maki-e, el célebre Gonroku Matsuda (1896–1986) a quien puso al frente de los diseños de la firma. 

Gonroku Matsuda

Namiki y Wada seleccionaron algunas plumas diseñadas por Matsuda y se embarcaron en un viaje a países occidentales para desarrollar su mercado. En 1925, consiguieron un pedido de una importante empresa de Londres, y en 1926, se abrió la Oficina PILOT en la calle Bishopsgate de Londres. en ese mismo año, Namiki abrió tiendas en Nueva York, Shangai y Singapur. A partir de entonces, las plumas Namiki iban a estar decoradas en taka-maki-e (dibujo en relieve);

Ejemplares tempranos de plumas maki-e

Para 1930, la marca Namiki ya era bien conocida en Londres y, en ése año, Namiki consiguió, finalmente, firmar un contrato de distribución mundial con la londinense Dunhill, una famosa empresa proveedora de la casa real británica y muy bien implantada en el sector del lujo. A partir de este momento, la marca "Dunhill-Namiki Fountain Pen", adquirió fama mundial. En brazos de la poderosa capacidad de distribución de Dunhill,  Namiki comenzó a jugar un papel protagónico en la industria de la estilográfica


Cena de celebración de la firma del contrato

Tras la firma del contrato con Dunhill, se impuso la necesidad de contar con un equipo artístico acorde con la empresa, de manera que Matsuda creó un grupo de maestros de maki-e con la intención de conseguir los mejores productos. Este grupo fue llamado Kokkokai, que podría traducirse por sociedad de la luz nacional.  La frase concreta de Namiki fué: "De la misma manera que el sumo es el deporte nacional de Japón, el Maki-e es la luz de la nación".

Ejemplares grandes 

El taller de trabajo del kokkokai

El altísimo nivel del Kokkokai produjo obras maestras sin parangón.

 
A partir de entonces, la empresa Namiki se convirtió en símbolo de excelencia y, de paso, en divulgadora del arte japonés.  Todo lo que hoy conocemos como maki-e aplicado a la estilográfica fué inventado por  Namiki. En 1938, el fulgurante éxito de la empresa provocó un cambio de nombre, más internacional, que fue el de Pilot Pen Co.



Pilot extendió su marca hacia otros productos, no solo estilográficas. Sus patentes e inventos llenarían un buen puñado de páginas, pero me limitaré a dar noticia de algunos de los más relevantes.

En 1959, Pilot fue el primer fabricante de rotuladores de base oléica.


En 1963, Pilot patentó la primera pluma retráctil, la famosísima Capless, luego Vanishing Point. Constituyó una auténtica revolución y aún continúa siendo una pluma fascinante.


En 1966,  Pilot inventó las pizarras blancas de rotuladores, una herramienta que acabó con las tradicionales pizarras de tiza y que hoy son omnipresentes en el mundo de la enseñanza y de la empresa.

En 1968, Pilot lanza la Elite, una pluma de bolsillo que se convirtió en todo un modelo universal.


En 1977, Pilot pone en el mercado la primera tableta de escritura magnética.


En 2024, Pilot Pen Co. es una empresa con más de 120.000 millones de facturación. Su liderazgo en la industria japonesa del sector va acompañado del mismo espíritu de innovación, creatividad y excelencia que guio sus pasos desde el comienzo. En el ámbito de las estilográficas, la marca Namiki, dotada de entidad y personalidad propias, ha mantenido la soberana calidad y belleza de sus productos hasta convertirse en una referencia absoluta.

Concluimos aquí este breve paseo por el nacimiento de Namiki. La única marca cuyos productos de alta gama, sin excepción, son globalmente demandados, se agotan invariablemente y se revalorizan cada día que pasa. El kokkokai sigue en la brecha.

En el siguiente capítulo, examinaremos en detalle uno de los modelos base de la marca de la mítica clase Emperor. La urushi nº 50. 

Todo el material gráfico utilizado pertenece a Pilot Pen Co.
 

lunes, 22 de abril de 2024

Jinhao Dadao 9019: Pluma del Año (?)

 En el ánalisis que hicimos de la Jinhao 9016, ya explicamos por qué los nuevos modelos de Jinhao estaban rompiendo moldes y haciéndose un hueco muy serio en el mercado mundial de las plumas de gama inferior. Por hacerlo corto, resultaba que un modelo de precio mínimo ofrecía una estética muy atractiva, soluciones técnicas novedosas, una construcción más que sólida y, sobre todo, un rendimiento excepcional. En realidad, la estilográfica china resultó ser una herramienta que conjugaba muy armónicamente todos estos valores con un precio final más que asequible.

Pero la 9016 no es más que la hermana pequeña de la pluma que rompió aguas en este proceso y que, en definitiva, fue el modelo pionero de Jinhao en su proceso de renovación. Se trata de la denominada Dadao 9016, una estilográfica discreta pero revolucionaria, en términos de la industria china, y que ha sabido hacerse un hueco en el interés de todo el universo estilófilo. Su distribución ha sido tan masiva como su éxito, hasta el punto de que no pocos analistas la han considerado la pluma del año 2023. Su increíble precio de 8 euros aproximadamente, la hacen inmediata acreedora de atención y, en muchísimos casos, de compra fulminante aunque solo sea por satisfacer la curiosidad. Veamos si hay razones para ello.

La 9019 no es una pluma totalmente nueva. En realidad, es descendiente estilística de la 159 original, un clon metálico y algo tosco de la Montblanc 149. La 159 era una pluma dura y muy barata, con un rendimiento bueno y una hermosa gama de colores para elegir. El modelo experimentó una evolución con la X159, un modelo fabricado en resina que, manteniendo sus formas habituales, se ha convertido en una pluma muchísimo más ligera y manejable. 

 La Dadao, por su parte, supone una enorme evolución con relación a la X159, hasta el punto de constituir un modelo totalmente nuevo, aunque se mueva en el mismo segmento de gama. Cambia el tamaño, el largo de la boquilla,  el capuchón, el clip, el plumín, el alimentador, y la forma del cuerpo, mucho más bulbosa. También ofrece una atractiva gama básica de colores solidos y transparentes. 

La 9019 es, también, una pluma de resina.  Esto le confiere una increíble ligereza pese a su imagen robusta y maciza. La resina es gruesa y de buena calidad y no se aprecian irregularidades, rugosidades o fisuras. El modelo que presento está fabricado en una hermosa resina especial transparente, de color verde hoja.

Tratándose de una pluma grande, 148 mm de largo, no resulta excesiva. Es tan manejable como una Safari o una 9016 aunque resulta notoriamente más gruesa. 

Si uno la mira atentamente, ya no le resultará tan parecida a la Montblanc 149 que remedaba la X159, sino que sus formas se aproximan mucho más a las de una Namiki, cuya estética general, formas redondeadas y clip acabado en bolita, nos resultan inconfundiblemente familiares.

En la mano, la 9019 es una pluma sumamente agradable, cómoda, ligera, manejable, fácilmente transportable y totalmente funcional. Nada estorba y nada sobra. el amante de líneas puras y limpias, apreciará este diseño. 

Las roscas están muy bien ejecutadas y funcionan a la perfección, si bien los materiales plásticos en contacto con el metal anuncian una cierta fragilidad tras un prolongado tiempo de uso.

El modelo está totalmente moldeado por inyección, de ahí los huecos apreciables en los extremos del capuchón y del cuerpo. Con todo, el proceso está impecablemente ejecutado, sin marcas o rebabas.

El clip recuerda inmediatamente al de las modernas Namiki si bien es necesario decir que este tipo de diseño no es específico de Pilot sino que se trata de un modelo antiguo, típico de muchas plumas de las primeras décadas del siglo XX como las Parker, Swan o Waterman, entre otras.


El capuchón es de una sola pieza ya que el clip se sujeta con un tornillo interior desmontable, al estilo de las grandes marcas. Esto es una absoluta novedad, como se puede apreciar si la vemos al lado de una X159.

También el cuerpo es de una sola pieza, mientras que en la X159 eran dos. 

Además, la parte trasera del cuerpo tiene unas protuberancias en forma de ojiva que le dan mayor resistencia además de ofrecer un alojamiento para el convertidor que, al ser introducido a fondo, queda perfectamente sujeto sin posibilidad de que se mueva.

La boquilla de la Dadao es muy cómoda, amplia y segura de asir. Escribir con ella resulta sumamente confortable. Sabida es mi afición por las plumas gruesas y mi opinión de que se ajustan a todo tipo de manos por pequeñas que sean. 

La rosca viene acompañada de una junta tórica para aislar la cavidad interior del cuerpo.

El plumín es un impresionante nº 8 de acero dorado, de notable factura. Su mecanizado es  muy correcto y una de las novedades de este modelo es que se ofrece con plumines de grosor M.  Aunque con un tintado algo irregular, contiene también el logotipo de la marca y la medida del plumín. 

El plumín y el cartucho que lo contiene, se pueden desenroscar de la boquilla, lo que facilita su limpieza y fácil  sustitución por cualquier otro. El cartucho está provisto de una junta tórica para garantizar su estanqueidad.

En este caso especial, al plumín es un especial heartbeat, o latido, una novedad que añade un componente estético muy agradable a la pieza sin que su rendimiento se vea en absoluto afectado. El plumín se complementa con un generoso alimentador de plástico.

La pluma carga por cartucho/convertidor. El de la 9019 es el novedoso convertidor ancho de doble labio que ya vimos en la 9016. Es una asombrosa pieza de impecable factura y gran capacidad.  La pieza roscada es de plástico transparente, algo más débil, pero con buen funcionamiento.

Sus elementos metálicos le dan solidez y el sistema de roscado a la boquilla aportan firmeza y estanqueidad al conjunto.

El plumín es un M estándar, perfectamente homologable con la medida europea, incluso me atrevería a decir que muy generoso, casi un B.  Cargada la pluma con un precioso Verde Retiro de Inkspiration, el caudal de la pluma fluye extraordinario, seguro y continuo. La línea que eroga es perfectamente húmeda y regular, una verdadera delicia. El apoyo en el papel es muy suave, sin resistencias ni rascados. Una soberbia experiencia de escritura, en definitiva. Hace muy pocos años, nadie habría atribuido jamás estas cualidades a un plumín chino.


Quisiera terminar con algunas consideraciones que van algo más allá de las habituales. Fijémonos en los últimos pasos de Jinhao y los finos matices con los que la casa viene modificando sus procesos de producción para ampliar su oferta y llevarla al siguiente nivel. La casa se encuentra, claramente, en una etapa de evolución como marca que confía en sus propias capacidades. La industria debería tener motivos para sentarse y tomar nota, porque las perspectivas para la competencia son siniestras, por decirlo suavemente. La 9019 es una pluma moldeada por inyección, lo que significa que los ejemplares que Jinhao puede colocar en el mercado son potencialmente innumerables. Esto, debido a las economías de escala, tiene un enorme impacto en los precios, difíciles de igualar a causa de las cifras típicamente limitadas de otros fabricantes, especialmente de los grandes competidores de Jinhao que no están en Europa, precisamente, sino en la India. La 9019 puede ser el comienzo de una nueva etapa para la industria china que planteará a los demás fabricantes retos difíciles de superar. Una cosa serán las pequeñas casas de tamaño boutique, que mantendrán su clientela, pero producir en masa para alcanzar cifras lo suficientemente grandes como para competir en los mercados globales, será una cosa diferente. Los días de colocar plumines Jowo y convertidores importados baratos en plumas pobremente mecanizadas y exigir precios altos, pueden haber terminado. 

Ya hace tiempo que me ocupo de la industria china como fenómeno global y parece que su ascendencia será solo cuestión de tiempo. Es por eso que la 9019 puede considerarse, en verdad, la pluma del año 2023 y no solo por sí misma, sino porque el mundo se ha convertido en su escenario.


martes, 16 de abril de 2024

Delta Dolce Vita Original Oversize. El Renacimiento.

 Mis amables lectores ya saben de mi pasión estética por las plumas italianas. Sigo pensando, a día de hoy, que se encuentran entre las más hermosas del mundo. El estilo italiano, su exquisitez, su atrevimiento, su gusto por los detalles, la elegancia de sus diseños y la belleza de sus materiales, hacen que la industria italiana de la estilográfica se la madre de inolvidables modelos.

Dentro de las marcas italianas modernas, Delta es una de mis favoritas. Especialmente me gustan sus diseños rotundos y consistentes, rectilíneos, con formas muy elegantes y una gama de colores muy cuidada y atractiva. Delta, quizá, no llegue a la delicadeza de las mejores Omas, ni a la osadía de las Marlen, ni a la originalidad de  algunas Visconti, pero ciertos hallazgos de la empresa napolitana se han convertido en iconos modernos. La Dolce Vita es uno de ellos.  

La casa napolitana Delta fue fundada en 1982 por Nino Marino, Ciro Matrone y Mario Muscente. Tras un largo recorrido y numerosos éxitos, la casa cerró en 2017, en plena crisis mundial de la estilográfica. Delta había jugado, como casi todas las marcas, al mercado del lujo y las ediciones especiales, y sufrió mucho con la crisis económica de aquellos años. Tras el cierre, Nino Marino fue contratado por Nettuno que, a la sazón, pertenecía a la casa Aurora. Marino creó la marca Maiora para crear una gama propia, además de la que seguiría comercializándose bajo la marca Nettuno. 

Cuando en 2022 la marca Delta salió a concurso, junto con todo su material almacenado, maquinaria y  equipamiento, fue adquirida por el empresario napolitano propietario de Maiora que, a la vez, se hizo con Makiaro. La casa napolitana se convirtió así en un grupo de empresas que incluía las marcas Maiora, Delta, Nettuno 1911, Makiaro y Nino Marino Signature. Cada una con su personalidad, sus objetivos y sus planes de trabajo. Delta volvía al mercado.

Marino se puso de inmediato manos a la obra y, aprovechando el material almacenado de Delta y su maquinaria de producción, reactivo la marca y empezó a colocar en el mercado plumas que aunaban la tradición de la casa y sus mejores ideas, junto con una filosofía de empresa que buscaba asumir la totalidad de la producción para que sus plumas fueran totalmente hechas en Italia, con estándares de calidad muy exigentes y un objetivo de mercado muy amplio. Actualmente, salvo el plumín, todas sus plumas están fabricadas por la casa. Las nuevas Delta atrajeron de inmediato la atención de los aficionados de todo el mundo. Y una de las estrellas de la nueva gama fue la revisión de la ya clásica Dolce Vita Oversize.

Como ya hemos visto anteriormente aquí, la Dolce Vita fue la afortunada heredera de la edición limitada y hoy muy buscada Colosseum, una pluma que introdujo una combinación de colores original y novedosa que se convirtió en todo un éxito, hasta el punto de dar paso a sucesivas versiones, en este caso ya no limitadas, que la siguieron. El buque insignia de la gama fue la Oversize, una pluma enorme, con un plumín nº 8 de 14K, que bebía de las clásicas plumas flat top de los años 20 y 30 como la legendaria Montblanc 139 a la que se parecía mucho. La Oversize se convirtió en el paradigma de las Dolce Vita. La Delta de Maiora, aprovechando la maquinaria y el material de la casa,  ha rescatado el que fue uno de sus mayores éxitos y que no he podido resistir la tentación de adquirir. Veamos cómo le ha sentado el paso del tiempo.

La DVOO es una pluma imponente. No es especialmente larga pero sí muy ancha y maciza. Mide 139.1 mm, ligerísimamente menos que la original, que medía 139.7. Es más corta que una Pelikan M1000 y que una Montblanc 149. 

Al ser tan gruesa y chata, aparenta ser más corta de lo que es, pero, al mismo tiempo, refuerza la imagen sólida, rotunda y poderosa de su figura. También contribuyen a ello sus líneas rectas y sus extremos truncados. Como hemos dicho más arriba, su imagen recuerda poderosamente a las grandes estilográficas de los años 20 y 30 de las que la Montblanc 139 es su epítome.

La tradicional combinación rojo-naranja de la estilográfica sigue teniendo el mismo atractivo de siempre. La resina  está soberbiamente pulida, sin que se aprecie la mínima rayadura o irregularidad.

En la pluma que presento, las fornituras de plata están chapadas en oro de 24K. La combinación en tonos dorados incrementa la calidez de la pieza.

Las resinas utilizadas son las originales  que se guardaban en el almacén de material que se cedió junto con la marca. Se trata del conocido sistema de incorporación de trozos de un color, posteriormente integrados en una pieza final que los refunde y contiene. De esta manera, la resina resultante no es monótona sino que presenta una gran profundidad, aumentada por el efecto que provoca la luz al incidir en los diferentes trozos de material embebidos de manera aleatoria en la pieza.

La DVOO se compone de tres piezas básicas: el cuerpo, el capuchón y la boquilla. El mecanizado de las piezas es formidable. Todo el torneado está realizado a mano y los bordes están primorosamente redondeados y suavizados.

El capuchón de la pluma conserva las señas de identidad de la DV de antaño. El clip es uno de los primeros que utilizó Delta, provisto de la ruedecita libre en el extremo que aporta un detalle clásico y elegante.

Las roscas están ejecutadas impecablemente y las paredes de la pluma muestran su calidad y fortaleza. La rosca interior del cuerpo es de latón, para reforzar su resistencia.

El remate superior del capuchón luce el clásico logotipo de la marca. 

En la parte opuesta al clip, aparece el logo de la marca y el modelo.

El anillo del capuchón, de plata maciza contrastada, es el bellísimo modelo tradicional de Delta, una greca labrada en altorrelieve de plata vermeil enmarcada por un anillo simple superior. Este anillo de la DV se ha convertido en una de sus señas de identidad.

El capuchón refleja también el nombre y marca del modelo, la marca y el número de fabricación. No se trata de una edición limitada, pero sí numerada, algo que ya hizo Delta en su primera etapa. En mi caso, se trata del ejemplar nº 123.

El cuerpo de la pluma no es cilíndrico sino ligeramente troncocónico, ensanchándose progresivamente hacia la parte trasera, donde se remata con una pieza de resina negra y un anillo de metal dorado.

La pluma carga por cartucho/convertidor y también como cuentagotas, listo para usarse ya que cuenta con una junta tórica al final de la rosca de la boquilla.

El convertidor está atornillado a la boquilla, garantizando la unión y estanqueidad del sistema.

Los plumines de la primera Delta estaban fabricados por Bock. Actualmente, los cambios habidos en la marca alemana y la gran mejora de calidad de los Jowo, ha hecho que la nueva Delta haya abandonado a Bock para  sus nuevos modelos. La DVOO calza un impresionante Jowo de oro de 18K en sustitución del anterior Bock de 14K.

El plumín tiene una decoración más simple, comparada con la del modelo antiguo. Muestra la marca junto con su logotipo y el contraste del oro de 18K, La pieza resulta sumamente atractiva por su gran tamaño y clásica elegancia. 

El plumín viene acompañado de un espléndido alimentador de ebonita, fabricado y ajustado por Delta en Nápoles. 

El diseño del alimentador, extremadamente estilizado y elegante, aporta a la pluma una gran ligereza y originalidad.

El cartucho que contiene el plumín y el alimentador es desmontable, lo que facilita su eventual sustitución.

El rendimiento de la DVOO es excepcional. El plumín Jowo responde plenamente a su categoría y está perfectamente alineado y dispuesto. La eficacia del alimentador de ebonita hace que la escritura con esta pluma sea muy suave y muy jugosa. Ni titubeos ni cortes de flujo por mínimos que sean. Una auténtica delicia. La anchura del instrumento hace que su manejo sea comodísimo, apto para largas sesiones de escritura sin provocar fatiga alguna.

El punto medio es generoso pero sin llegar a exceder su medida estándar. Los Jowo, como los Sailor, por ejemplo, dejan sentir un cierto mordiente al discurrir sobre el papel, especialmente si éste no es muy satinado. A mi juicio, es una sensación muy agradable.

La Delta DVOO es una pluma que se ha convertido en clásica. La nueva compañía ha rescatado la original, prácticamente en su totalidad, apenas introduciendo mínimos detalles estéticos que la mejoran  como el esbelto alimentador y el plumín Jowo de 18K. Todo ello hace de esta pluma un clásico renacido. A quien ya le gustaba, la encontrará irresistible, y  quien no, encontrará una nueva oportunidad de disfrutar de este gran modelo que ya se ha convertido en un icono. La pluma tienen un precio de catálogo de unos 750 euros. Paco Cruz, estilófilo de pro, amigo personal de Nino Marino y de tantos aficionados, es ahora distribuidor de Maiora y sus otras marcas, lo que le permite, en su conocida página web, ofrecerla por 550 euros, cantidad que convierte una pieza de esta categoría en un esperado renacimiento y, en definitiva, en mucho más que una tentación.

Esta pluma es muy especial por muchas razones, sobre todo, por la persona que me la regaló y a quien dedico esta entrada.